C. C. Residencia 80 - Artículos |
Jorge Bucay
HAY QUE TENER UN AMANTE
(Publicado el agosto 4, 2013 por La Brújula del Cuidador)
Muchas personas tienen un amante y otras quisieran tenerlo. Y también están las
que no lo tienen, o las que lo tenían y lo perdieron. Y son generalmente estas
dos últimas, las que vienen a mi consultorio para decirme que están tristes o
que tienen distintos síntomas como insomnio, falta de voluntad, pesimismo,
crisis de llanto o los más diversos dolores.
Me cuentan que sus vidas transcurren de manera monótona y sin expectativas, que
trabajan nada más que para subsistir y que no saben en qué ocupar su tiempo
libre. En fin, palabras más, palabras menos, están verdaderamente
desesperanzadas.
Antes de contarme esto ya habían visitado otros consultorios en los que
recibieron la condolencia de un diagnóstico seguro:”Depresión” y la infaltable
receta del antidepresivo de turno.
Entonces, después de que las escucho atentamente, les digo que no necesitan un
antidepresivo; que lo que realmente necesitan, ES UN AMANTE
Es increíble ver la expresión de sus ojos cuando reciben mi veredicto. Están las
que piensan: ¡Cómo es posible que un profesional se despache alegremente con una
sugerencia tan poco científica!. Y también están las que escandalizadas se
despiden y no vuelven nunca más.
A las que deciden quedarse y no salen espantadas por el consejo, les doy la
siguiente definición: Amante es: “Lo que nos apasiona”. Lo que ocupa nuestro
pensamiento antes de quedarnos dormidos y es también quien a veces, no nos deja
dormir. Nuestro amante es lo que nos vuelve distraídos frente al entorno. Lo que
nos deja saber que la vida tiene motivación y sentido.
A veces a nuestro amante lo encontramos en nuestra pareja, en otros casos en
alguien que no es nuestra pareja. También solemos hallarlo en la investigación
científica, en la literatura, en la música, en la política, en el deporte, en el
trabajo cuando es vocacional, en la necesidad de trascender espiritualmente, en
la amistad, en la buena mesa, en el estudio, o en el obsesivo placer de un
hobby…En fin, es “alguien” o “algo” que nos pone de “novio con la vida” y nos
aparta del triste destino de durar.
¿Y qué es durar? – Durar es tener miedo a vivir. Es dedicarse a espiar como
viven los demás, es tomarse la presión, deambular por consultorios médicos,
tomar remedios multicolores, alejarse de las gratificaciones, observar con
decepción cada nueva arruga que nos devuelve el espejo, cuidarnos del frío, del
calor, de la humedad, del sol y de la lluvia. Durar es postergar la posibilidad
de disfrutar hoy, esgrimiendo el incierto y frágil razonamiento de que quizás
podamos hacerlo mañana.
Por favor no te empeñes en durar, búscate un amante, se vos también un amante y
un protagonista… de la vida. Pensá que lo trágico no es morir, al fin y al cabo
la muerte tiene buena memoria y nunca se olvidó de nadie.
Lo trágico, es no animarse a vivir; mientras tanto y sin dudar, búscate un
amante…
La psicología después de estudiar mucho sobre el tema descubrió algo
trascendental:
“Para estar contento, activo y sentirse feliz, hay que estar de novio con la
vida”.